Otome Misuru [lit. Hechicera Damisela]
Koishiteiru Dorei [lit. Esclavo Enamorado]
Dorei era el chico. Misuru era la chica.
Ambos habían estado juntos tres años, pero
aún asi, sólo uno de estos dos se había
percatado de la existencia del otro.
Otome Misuru, la mujer más popular entre
los chicos de tercero y otros salones, fue
captada y guardada en el corazón de
Koishiteiru Dorei el primer día de primero
de secun.
Él era el chico al que nadie hablaba, tenia
amigos por fuera del salón y era el de mayor
promedio. A nadie le llamaba la atención el
interactuar con este chico. Y Dorei no era
afectado por esto.
Y asi pasaron los 3 años correspondientes
y el adolescente no le habló en esos 3 años.
Sólo la admiraba desde lejos, cómo crecía
y se convertía en una mujer más linda aún.
Cansado ya que ella no supiera de sus
sentimientos, Dorei resolvió con ayuda de
sus incondicionales amigos y su pequeña
alumna, declarársele el día de la graduación.
En la fiesta. Para alegría del enamorado
el tema de la fiesta era la edad media, la era
victoriana de Inglaterra. Y él, impecable, fue
vestido con un traje de caballero más o menos
de mayordomo de esa época. Todos veían al
chico mateo del curso impresionados de lo
guapo que se veía. Las chicas comenzaron
a mirarlo fijamente. Pero aún no veía a su
princesa.
Finalmente apareció hermosísima, con un
vestido rosado arrugado en las piernas, con
una rosada flor en su pecho rodeada por un
hermoso moño de tela rayada. Con su hermoso
y largo cabello dorado y esos ojos índigo que le
iluminaban esa hermosa noche de luna llena.
con guantes negros que llegaban más arriba
del codo y un sombrero con hermosas flores
rosadas. Era simplemente perfecta para él.
El chico, caballerosamente se acercó a la chica
ésta se preguntaba ¿quien es?, ¿cuál es su
nombre?.. ¿quién es este apuesto chico que me
saca a bailar?
La tomó por la cintura y entrelazó sus dedos
con los de ella. Ella, sonrojada, puso delicada-
mente su mano en su hombro y sujetó su mano
como si no quisiera soltarle nunca. Comenzó el
vals y eran los únicos en la pista, ya que nadie
más sabía bailarlo.
El ambiente se llenó de rosados pétalos de cerezo.
Se mecían al ritmo de la música, y sin querer, se
dejaron llevar. Ella apoyo su cabeza en el hombro
de él, y él por su parte, la abrazó por la espalda.
Era como un sueño, el ambiente lo propiciaba.
Estaban en las nubes cuando ella le susurró al oído...
-¿Quién eres? ¿En qué lugar estabas que nunca
te había visto?- Dorei sonrió y respondió con cierta
emoción.
-Soy un fantasma a la sombra de una estrella. Soy
el esclavo enamorado de una doncella hechicera.
Soy el caballero que busca desesperado una palabra
de su princesa. Soy... simplemente un chico
desesperadamente enamorado-.
Misuru, sorprendida lo miró y fue sorprendida por
un cálido beso. Ella no se resistió, al contrario, le
siguió el juego. Cuando este acabó por falta de aire
por ambos lados, ella abrió los ojos y no encontró
al hombre de sus sueños.
Buscó y buscó. Pero no hubo resultados. Triste fue
donde sus amigas que la esperaban ansiosas. Al verla
triste, le preguntaron la causa de esos ojos llenos de
lágrimas.
-Había encontrado al hombre de sus sueños. A el
caballero de mis fantasías. A el príncipe que vendría a
buscarme y a hacerme feliz- Sus amigas le miraron y
le dijeron con pena
-Misuru-Chan, el chico con el que bailaste... era
Koishiteiru Dorei, el mateo del salón-
Misuru les miró, sorprendida. Nunca miró a aquel
chico, nunca notó su persistente mirada enamorada
ni su persona ansioso de amarle. Para ella, era un
desconocido más. Su amante desconocido.
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