domingo, 18 de septiembre de 2011

Viceversa (Mario Benedetti)

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.

Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.

Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.

O sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa. 

Mario Benedetti 
Viceversa 

096. Beso

-Tu. Yo. Miradas. Respiración ligeramente agitada. Tu mano. La mía. Se entrelazan. Risa. Nerviosismo. El saber que se aproxima. El temerle y no esperar a que suceda. Te miro. Me miras. Cercanía. Sonrojo. Respiración ligeramente más agitada. Tu mirada. La mía. Nuestros alientos. Temor. Miedo a perderte. Miedo a la felicidad de tenerte aquí, así, frente a mí. brazo. Latidos acelerados del corazón. Nerviosismo. Movimiento rápido, y a la vez, lentamente calculado. Tus labios. Los míos. Inclinación de ambas cabezas. Tus labios. Los míos. Dejan pasar al otro. Explorar al otro. Saber y asegurar que esto realmente está pasando. Que esta persona esta aquí, conmigo. Separación. Respiración. Respiraciones agitadas. Mirada. Caras sonrojadas. Falta de aire. Risa. Ternura en la mirada contraria. Necesidad del otro. Abrazo.
-Y eso? Que es para ti?
-Un beso.

Yo no te pido (Mario Benedetti)

Yo no te pido que me bajes 
una estrella azul 
solo te pido que mi espacio 
llenes con tu luz. 

Yo no te pido que me firmes 
diez papeles grises para amar 
sólo te pido que tu quieras 
las palomas que suelo mirar. 

De lo pasado no lo voy a negar 
el futuro algún día llegara 
y del presente 
que le importa a la gente 
si es que siempre van a hablar. 

Sigue llenando este minuto 
de razones para respirar 
no me complazcas no te niegues 
no hables por hablar. 

Yo no te pido que me bajes 
una estrella azul 
solo te pido que mi espacio 
llenes con tu luz. 
Mario Benedetti
Yo no te pido

Me sirve y no me sirve (Mario Benedetti)

Me sirve y no me sirve
La esperanza tan dulce,
tan pulida, tan triste,
la promesa tan leve,
no me sirve.
No me sirve tan mansa la esperanza

La rabia tan sumisa,
tan débil, tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.
No me sirve
Tan sabia tanta rabia.

El grito tan exacto
si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.
No me sirve tan bueno
Tanto trueno

El coraje tan dócil
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve
tan fría la osadía.

Si me sirve la vida
que es vida hasta morirse,
y el corazón alerta sí me sirve.
Me sirve cuando avanza
la confianza.

Me sirve tu mirada
que es generosa y firme,
y tu silencio franco sí me sirve.
Me sirve la medida de tu vida.

Me sirve tu futuro
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla
sin medalla.

Me sirve la modestia
de tu orgullo posible,
y tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.

Mario Benedetti
Me sirve y no me sirve

lunes, 12 de septiembre de 2011

Los deseos (Victor Hugo)


Te deseo primero que ames y que,
amando, también seas amado.

Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos, y que,
incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles,
y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.

Y porque la vida es así, te deseo también que tengas
enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que,
algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.

Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil, más no insustituible,
y que en los momentos malos, cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante;
no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil,
sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste,
no todo el año, sino apenas un día;
pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro
y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera, te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas está hecha un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
y que por lo menos una vez por año pongas algo
de ese dinero enfrente a ti y digas:«Esto es mío»,
sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno de tus afectos muera,
pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte
y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer,
y que siendo mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos
y sonrientes, aún sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.

Táctica y Estrategia (Mario Benedetti)

Mi táctica es
mirarte,
aprender como sos,
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte,
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco 
y saber que sos franca,
y que no nos vendamos
simulacros,
para que entre los dos
no haya telón,
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio,
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es,
que un día cualquiera,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
por fin me necesites.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Wake Me Up When September Ends.~


Corría de ese viento tormentoso y helado, pero el ambiente no estaba frío. Daba esperanzas de lluvia, al igual que las negras nubes que había sobre Santiago. Ya era Septiembre. Lo que me gusta de Septiembre, es que como todos comienzan a planificar las celebraciones que se harán para las Fiestas Patrias, siento mi cumpleaños como un día normal, uno más en el calendario. Pero aún así, no puedo evitar temerle y ansiarle. Pues me acerca cada cumpleaños que se agrega a la lista, conlleva responsabilidades, experiencias, vivencias, complejidades. Personas, lugares, recuerdos... Emociones. Por ello le temo y le ansío. 
Tantos hechos, famosos como desconocidos. La caída de las Torres Gemelas, el fallecimiento del padre del cantante favorito de mi mejor amiga... Y mi cumpleaños. Entre todas esas fechas, está mi cumpleaños. Pero, hay personas que lo recuerdan. Hay personas que me saludan y ello, me hace valorar en demasía el 3 de Septiembre de cada año. Cada vez son más personas o menos, las mismas o personas diferentes. Personas que no esperabas que te saludaran y personas que ansiabas que lo recordaran. Entre tanta planificación, está esa fecha. Entre tanta planificación y fiesta, hay una pausa para mi y mis cercanos.
Entre tanta fecha, hay un día del que agradezco que haya sucedido, pues tengo así la bendición de haberles conocido a ustedes.


Gracias a todos los que me saludaron en mi Cumpleaños. Gracias a todos los que me quieren y recuerdan ^^