sábado, 17 de noviembre de 2012

Sonríeme.

Martes, 20 de Septiembre del 2012.

No te pido que me bajes el sol, la luna, las estrellas, ni otros astros. No te pido que me des chocolates, ni flores. No te pido que te vistas con tu mejor ropa para verme. Sólo te pido que me mires, quienquiera que seas, que me mires cuando llegue el momento de conocernos, y que sonrías. No dudes que te corresponderé, con un suave sonrojo, pero lo haré.

Ve con cuidado, lentamente. Las cosas más bellas no las encontrarás de un día para otro, ni pienses que te daré mis labios al instante. Sé que no soy la Miss Universo, pero debes ganarme para probar el sabor que tengo. Te confieso que he querido, una vez como a nadie, y esta segunda lloré más de lo que debía haber reído. Por eso, si me vas a herir con una verdad, o con tus sentimientos, no temas que soy fuerte. Y te agradeceré por ser sincero.

Le escribo esto a nadie, a ésa persona que quizá ya conozca o que llegará en un tiempo más. Te lo escribo para que sepas, que no necesitas más que una sonrisa para empezar a conocerme, pues es la manera en que me ganarás enseguida y tendrás mi confianza. Son pocos los que se atreven a sonreír sin conocerte, y son los más fuertes encuentro yo.

Cuando nos encontremos, llora conmigo, ríe conmigo, besa conmigo, camina conmigo, escala conmigo, rueda conmigo, juega conmigo (los juegos de la plaza me encantan, no dudes que subiré a ellos contigo). Pero hazlo siempre porque quieres, no porque quieres darme en el gusto, aquí la cosa es de a dos.

Te quiero, y te espero, si estás ahí. Y si no, seguiré esperando. Mirando como siempre, a los lugares donde nadie mira, escuchando lo que nadie escucha y reteniendo lo que nadie le interesa. Ahí estaré, sólo mírame, sonríeme y sabrás que soy yo.