lunes, 25 de marzo de 2013

El otro yo.

¿Qué te pasa? Porque no lo haces simplemente de una vez. Basta, dijo con su voz fuerte e intimidante, que no estoy para tus juegos hoy, Carolina. Con su cortísimo cabello ondulado, Javiera se levantó cuidadosamente. Ajustó sus lentes ópticos, aquellos se le ayudaban a ver todo lo que yo obviaba, y su mirada penetrante me estremeció. Su alto ego pisoteaba mi voz, cubriéndome de un profundo sonrojo. Nunca llegaría a ser como ella. Nunca dejaría que la sermonearan, ni mucho menos que la ruborizaran. No es como si fuera la gran cosa, Javi, susurré, ahogada de tanta ira en mi garganta. ¿¡Pero porqué diablos te aguantas!? gritó enfurecida, con sus ojos enfiebrados por contenerse. Cualquiera perdería la paciencia conmigo. Grita, canta, salta, baila... ¿A quién cresta la importará? A mi, a ti, a todos. Suspiré, levantándome hacia el espejo. 

Yo era ella, y ella era yo. 
¿Cómo podrían existir dos personas tan diferentes en un mismo lugar?

sábado, 17 de noviembre de 2012

Sonríeme.

Martes, 20 de Septiembre del 2012.

No te pido que me bajes el sol, la luna, las estrellas, ni otros astros. No te pido que me des chocolates, ni flores. No te pido que te vistas con tu mejor ropa para verme. Sólo te pido que me mires, quienquiera que seas, que me mires cuando llegue el momento de conocernos, y que sonrías. No dudes que te corresponderé, con un suave sonrojo, pero lo haré.

Ve con cuidado, lentamente. Las cosas más bellas no las encontrarás de un día para otro, ni pienses que te daré mis labios al instante. Sé que no soy la Miss Universo, pero debes ganarme para probar el sabor que tengo. Te confieso que he querido, una vez como a nadie, y esta segunda lloré más de lo que debía haber reído. Por eso, si me vas a herir con una verdad, o con tus sentimientos, no temas que soy fuerte. Y te agradeceré por ser sincero.

Le escribo esto a nadie, a ésa persona que quizá ya conozca o que llegará en un tiempo más. Te lo escribo para que sepas, que no necesitas más que una sonrisa para empezar a conocerme, pues es la manera en que me ganarás enseguida y tendrás mi confianza. Son pocos los que se atreven a sonreír sin conocerte, y son los más fuertes encuentro yo.

Cuando nos encontremos, llora conmigo, ríe conmigo, besa conmigo, camina conmigo, escala conmigo, rueda conmigo, juega conmigo (los juegos de la plaza me encantan, no dudes que subiré a ellos contigo). Pero hazlo siempre porque quieres, no porque quieres darme en el gusto, aquí la cosa es de a dos.

Te quiero, y te espero, si estás ahí. Y si no, seguiré esperando. Mirando como siempre, a los lugares donde nadie mira, escuchando lo que nadie escucha y reteniendo lo que nadie le interesa. Ahí estaré, sólo mírame, sonríeme y sabrás que soy yo.

miércoles, 15 de agosto de 2012

U.

Uir. Uyendo. Urar. Unreír. Me siento rara, extraña. Extrañatriste, extrañafea, extrañarara, raraboba, rarasimple, raralunática, tontafea, tontaimbécil, imbécilsimple. Me siento extraña, pero rara.

Ahora.

Excluida. Olvidada. Prometida. Incumplida. Esperando. Seguir esperando. Mirar la hora. Esperando. ¿Me quieres? Cerrando los ojos ¿Porqué? Una lágrima ¿Me necesitas? Levantando la mano ¿POR QUE? Enjuagando la lágrima ¿Te molesto? Ignorando ¿Me respondes? ... ¿...? No.

viernes, 20 de julio de 2012

Realidad



La terrible sensación de sentirse tan mal 
que no puedes dejar de llorar.

Soy la real mierda si de hijas hablamos,
y nada cambiará eso. 

Claro, yo puedo hacerlo...
Pero es difícil siendo que estás totalmente bloqueada
con ese dolor emanado 

de los ojos de tu madre sin consuelo por la real cagada
que te has mandado.

¿Cuando me volví tan perra para mis cosas? 
¿Cuándo, siendo que siempre me nombran
 por mi ternura y mi consideración?

No logro comprender cómo no puedo ser 
totalmente yo, como con mi madre.
Si fuera así, si fuera realmente yo... 
Todo sería más real.

jueves, 21 de junio de 2012

Oxitocina.

Te he escrito mil cartas, 
de las cuales pienso sólo una llegarías a leer. 
Te he recitado millones de poemas, 
de los cuales ninguno has escuchado. 
Te he dicho millones y millones de veces te quiero… 
Y no sabes cuánto desearía verte sonreír 
al apenas haber salido de mis labios. 

16:15

Se abrieron las puertas y tu entraste. Al hacerlo, me miraste inmediatamente. Te correspondí y tu mirada escapó. Sonreí, tu no. El trayecto, similar. Cuando te tocaba bajar, me volviste a mirar. Te correspondí. Sonreíste, yo no. Te quedaste mirándome desde el andén, hasta que tu madre se dignara a mover el coche.