sábado, 17 de abril de 2010

Celos Asesinos~





Frío, sensación que no sentía hace mucho. Hace unos 6 meses fue la última vez que lo sentí hasta ahora... siento más frio que nunca recordándolo... su muerte... me da frio...


Como ya había mencionado, hace 6 meses que no había sentido frío, porque lo conocí a él. Era invierno como ahora y yo paseaba por la alameda de mi ciudad, me senté en una banca a ver como las hojas cafés de los arboles eran desprendidas de los mismos, como caían al suelo como plumas mecancólicamente arrancadas de su hogar. Él, con su boina negra, caminó hacia una de ellas, la recogió y se sentó a mi lado en la banca


Mientras todos corrian hacia sus casas o donde iban, escapando del viento que acechaba tremendamente conjunto a las grandes nubes negras que reinaban en el cielo; y nosotros ahí, observando la escena, redeados por hojas y personas corriendo por todas partes.


-Corren como si el mundo se acabara, en lugar de disfrutar las maravillas de la naturaleza, corren de ellas-
dijo él
-Tienes toda la razón querido amigo...-
Y asi comenzó nustra amistad. David era un hombre muy tierno y observador, filosófico y poeta, era el hombre de mis sueños, pero con el tiempo, David me confesó estar enamorado de alguien a quien yo conocia muy bien, pero que no se interesa en él.
Quise matar a esa mujer, y supe que él se iba a juntar con ella despues de que nos tomaramos un café juntos, que tomaría su auto y que segurament ese iria a revolcar con aquella mujer.


Cuando estabamos conversando y tomandonos el dicho café, el me pasó un sobre que contenia una carta y algo que no reconocí. Y me dijo:
-Prometeme que lo leeras cuando llegues a tu casa, y cuando termines, me llamas-
Estuve tentada a abrir dicho sobre, pero me contuve para cumplir la promesa recien hecha. Luego de conversar ciertos temas que nos atraian a ambos, el tomo sus llaves, un libro que traia cada vez que salia y se despidio de mi con un beso y un abrazo del cual no queria ceder.
-Por favor llamame apenas acabes de leer, necesito tu voz despues de esto...-
Estuve a punto de decirle que lo amaba y que si el sentía lo mismo que yo, pero se fue.


Lo seguí, como toda una psicópata, lo seguí. El doblaba hacia la derecha, seguía de largo, doblaba... ¿éste no era el camino hacia su casa? Cuando llegó a su casa, recogió en su puerta a una chica rubia, de tez blanca. Me enrojecí de ira y lloré de pena. Los seguí, iban hacia la playa, dónde esta el barrio universitario de mi ciudad.


Doble en segunda fila y sin querer los topé y su auto se volcó, él salió volando a traves del parabrisas y quedó enterrado en la nieve.Yo estaba a un lado de la nieve. Quedé empapada de la sangre que amaba
Sólo grite y grite su nombre


Llamé a urgencias y al llegar al hospital me dijeron:
-Usted venia con los hermanos García? Lo lamento, pero debo comunicarle que murieron ambos-
¿¡Hermanos!? Por Dios, en ese momento me deje caer al suelo llorando, había matado al amor de mi vida junto a su hermana pequeña al a cual llevaba a la universidad, pues estudiaba vespertinamente


En ese momento me acordé de la carta que me había entregado, la busqué en mi bolsillo. No estaba. Corrí hacia mi auto y la encontré en mi asiento del conductor.


"Lamento comunicarme asi contigo, pero siendo tu a la cual me dirijo, se me hace más dificil el expresar mis sentimientos. Debo decirte que aquella tarde cuando cruzamos palabras la primera vez, para mi eras como un ángel que Dios había mandado para cuidarme.


Debo claramente decirte que estoy profundamente enamorado de ti, y que deseo que estemos juntos para toda la vida, pero primero debo saber si tu sientes lo mismo por mi. Mi hermana Vanessa te adora, dice que eres un amor de persona según lo que le he contado


Llamame enseguida porfavor


Por siempre tuyo. David"


Yo ya no aguante más, salí corriendo y me fui a la alameda. Cuando llegue al banco donde nos sentamos ambos, lloré dramaticamente gritando su nombre y diciendo:


-Perdóname amor mio, por quitarte la vida...-


En ese momento me desmayé y sentí las gotas de la lluvia. Sentí que unos fuertes brazos me levantaban y me acostaban en la banca ya nombrada. Abri un poco lo ojos y vi una figura negra con una boina negra y grandes alas blancas que me dijo


-Te perdono y te esperaré por toda la eternidad... pero porfavor, ve mi sobre que aún queda algo para ti...-
Y sentí sus cálidos lábios contra los mios, ese momento que tanto desee sería el último que tendria con él hasta que las muerte nos uniese. Me levanté y busqué el sobre en mi bolsillo, efectivamente quedaba algo en el sobre. Lo abrí y ahi estaba la hoja que él recogió el dia que nos conocimos y tenia escrito:


"...cómo las hojas, nuestro amor melancólicamente se separa del amor de la cosa más importante... pero espera a que vuelva hacia él su personas más preciada... te espero en el cielo mi amor"


desde ese momento que siento frío...

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