sábado, 17 de abril de 2010

Mr. Klimt~






Era el verano de 1945, el viento corría normalmente, sacando las hojas de sus respectivos árboles, era el comienzo del otoño, lo sentí allí en el aire; pero mi mente estaba en otra idea ahora. Estaba en mi segunda novela que iba a tratar del gran artista Gustav Klimt, que iba generalmente en torno a una de sus obras más famosas, “El Beso” esa pintura que expresaba la sexualidad femenina en su mejor momento, esa salud y
hermosura que representaba en cada diminuto milímetro de esa pintura, merecía que alguien o algo escribiera algún homenaje a aquel pintor o aquella pintura.


Tenía 18 años en esa época, mi nacimiento no había sido un gran espectáculo, 1927 creo que fue un buen año para nacer, sobre todo nacer el día 11 de Mayo, cuando Louis B. Mayer funda la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Para mí fue un gran día, pero para otras personas fue un día normal, bueno hablando de mi vida, mi infancia fue normal, tuve todo lo que cualquier niño podía tener y crecí en el seno de una familia no con mucho dinero, pero con mucho cariño de parte de todos mis parientes. Mi adolescencia pasó realmente muy rápido, la disfrute hasta el límite, y ahora estoy en plena juventud, preocupándome por mi futuro como escritora, pues como pintor o cantante no funciona, pero canto bien. Ahí estaba, contemplando la alameda repleta de hojas, hojas perdidas en el tiempo que ya vivieron su vida y ahora deben desaparecer. Me puse a pensar reflexivamente en cómo debería empezar la novela y como iba a ser su nombre.


-Mr. Klimt- pensé. No era gran nombre, pero era general


Mientras pensaba en aquello apareció un joven de mi misma edad, debía ser como 2 años mayor que yo, era alto, atractivo y vestía formalmente; eso me causo mucho nerviosismo y en un instante pensé que estaba sonrojada


-Disculpa, te molesto?- dijo él
-No, no te preocupes…es solo que recordaba algo vergonzoso-
-Mi nombre es Gustav, Gustav Klimt, soy el bisnieto del verdadero Gustav…bueno, tú no lo debes conocer...-
-No…lo conozco, incluso estoy haciendo una novela sobre el…y sobre su obra “El Beso” y mi nombre es Isabella Grenouille; y mi bisabuelo fue Jean-Baptiste Grenouille…creo que fue perfumista y…no se más, creo que no fue muy importante…como el tuyo..-
-Bueno, un gusto conocerte Isabella…espero que nos veamos otra vez, creo que el futuro nos depara algo…-


Cuando dijo eso, mi corazón comenzó a palpitar como nunca lo había hecho, nunca me había sentido tan nerviosa frente a alguien…yo también creo que el futuro nos depara algo, porque en ese preciso instante me di cuenta que estaba enamorada de el…


-Espera…porque no vamos a dar un paseo por el parque?-


Él asintió con una sonrisa en la cara. Fuimos a pasear un buen rato por el parque, conseguí saber que venía de Viena, Italia, de la casa de su bisabuelo. Toda su familia vivía ahí y él vino para Francia en busca de oportunidades para artistas, Francia es la capital del arte en todo el mundo…según yo.


-Y tú que haces además de escribir novelas sobre artistas famosos de Europa?- me preguntó
-Emm.…no hago nada más, que no sea algo productivo para la sociedad…pero según mis conocidos, canto bien- respondí con algo de nerviosismo.


Lo primero que se me vino a al mente fue que me iba a pedir que cantara, pero increíblemente no lo hizo.


-Y que piensas hacer mañana por la noche?- pregunto con la cara un poco sonrojada.
-Nada interesante, porque?- dije con interés en sus intenciones.


Al final, me invito a pasear a la Torre Eiffel el viernes por la noche. Esperaba con ansias la noche próxima, solo quería verlo, presentía que esa noche algo especial iba a pasar. Por mientras, empecé a escribir sobre el tal Gustav Klimt (el bisabuelo, obviamente) investigue lo suficiente en internet para saber que todo el mundo lo aclamaba como uno de los grandes pintores de la edad moderna. Cuando me desperté eran las 12:00 del día. El tiempo se me pasó volando y me quede dormida al frente de la pantalla temprano ni muy tarde; me paré de mi “cama” y vi a través de la ventana, la Torre Eiffel se veía esplendorosa fuera día o noche. Mi mente estaba en que me iba a poner esta noche para el paseo con Gustav, ya podía imaginarme su cara junto a la Torre, brillante e iluminada por las fabulosas
luces de la noche. Mi corazón solo quería que ese fantástico momento ya llegara, solo quería estar junto a él.


Llegué 5 minutos antes de la hora propuesta. Estaba muy nerviosa, pues era mi primera cita con él, y no sabía que iba a decir o no tenía palabras para este momento. Justo llegó Gustav, todo el camino a la torre estuve callada, solo veía sus ojos, que reflejaban la luz de la noche, tal como lo había imaginado. Era tan fantástico y romántico a la vez, quería y deseaba con todo mi corazón que nuca se acabara este momento. Después de un rato, empezamos a conversar, todo lo que él decía y le gustaba era como si lo conociera de toda la vida, sabía desde lo profundo de mi alma que éramos el uno para el otro. Después de la conversación y la cena, salimos a caminar al paseo que esta alrededor de la Torre Eiffel, en ese momento la noche era solamente para los dos, dos enamorados que deseaban que esta noche nunca se acabara, no había nadie más, solo los dos. En ese momento el se acerco, me tomo de la mejillas y me beso, comenzó a llover, pero no me importo, ese momento era de los dos y nada ni nadie nos impediría estar juntos. Era un sueño hecho realidad. Luego de un largo beso, me aparte y lo abrasé fuertemente, lo mire y sus ojos azulados estaban totalmente adecuados al ambiente de lluvia, en ese momento sin pensarlo dije:


-Estoy enamorada de ti y quiero que estemos juntos para siempre-


Él me respondió con una sonrisa que hacía pensar a cualquiera que su respuesta era:


-Yo igual te quiero y quiero estar contigo para siempre-


Pero inesperadamente él dijo:


-Quiero que te cases conmigo, Isabella-


Creo que en ese momento puse una cara de sorpresa y alegría, era como un sueño hecho realidad como un cuento de princesas que se convertía en mi vida y sentía que mi corazón iba a estallar y lo que respondí fue:


-Sí!!!...y te lo diría mil veces, me quiero casar contigo y permanecer junto a ti para toda la vida, envejeceremos juntos…y moriremos juntos; y en la otra vida, estaremos juntos para toda la eternidad-


Eso se lo dije con las lágrimas en las mejillas y abrazándolo fuertemente, otra vez…

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