viernes, 5 de agosto de 2011

005. Exteriores

Aquella chica con las nubes reflejadas en sus ojos y la música del viento en su ventana, finalmente se puso un abrigo, sus zapatillas favoritas y salió. En el reporte del tiempo habían dicho que no llovería, pero ella sabía que lo haría. En días como éstos, tomaba su cuaderno, un lápiz y su mochila blanca. Aquella mochila la había ocupado el día en que él la conoció. Esta persona, es alguien diferente a la que rondaba aún por la casa de la chica. Esta persona, ha sido inesperadamente cautivante para nuestra ella. Prácticamente, es un extraño. Pero ella lo siente tan cercano, como si hubiera algo que les juntara, pero que nos les permitiera verse. Ése chico rompió con ese destino, y le comunicó de su existencia. Allí en adelante, todo cambió.

Ambos ciertamente se andan buscando mutuamente
por las partes que frecuentan.

De alguna manera, al usar esa mochila blanca, tenía la esperanza de volverlo a ver, pues cuando sus destinos se cruzaron una única vez sin conciencia de ello, ella no le vio. Era muy fácil de reconocer por su altura llamativa para un chico de su edad, pero aún así ella no lo vio. 
No estamos insinuando que ella es especial, pero como todas las personas, tiene algo único que la diferencia de todo el mundo. 

Quizá éso sea lo que le impulsó a él a conocerla, 
quizá sea lo que hace que ella piense en él. 
Quizá porque se dieron cuenta.. 
que después de todo, no estaban solos 
en este punto en el universo llamado Tierra.


Después de todo. A pesar de todo. Finalmente... llovió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario