sábado, 26 de mayo de 2012

Tormenta.

Pequeños ojos se reflejan en el vidrio de la micro. Miran hacia todos lados, ninguno con un punto fijo. Caen por todos lados, pequeñas gotas que cubren toda la ventana que nos hace saber que aún estamos en el mismo mundo.

Algunas mueren instantáneamente. Otras, desesperadas, recurren al suicido Y otras, a contemplar el espacio en donde su pequeño ser se dignó a caer. Son pequeñas. Son muchas.

Una gota es indefensa. 
Muchas son una fuerza desesperadamente húmeda y fría. 
Quizá por ello la mala reputación de las tormentas.

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