domingo, 8 de abril de 2012

Desesperanza

Sin dudar un minuto más, lanzó aquel objeto contra el espejo.
¿Sería que ya todo había terminado, y que la paz interior que poseía se vio aturdida por una simple pregunta? ¿Qué realmente se suponía que sentía? ¿Todo aquello habría sido real o una ilusión demasiado sincera desde un principio?

No aguantaría mucho más. Se lanzó contra la colcha detrás de sí, mientras lloraba sin sentido alguno. Pero lloraba con pena. Lloraba con rabia, con impotencia. -¿Cómo llegar a ser tan estúpido, Dios mio?- Se preguntaba. ¿Algo malo habré hecho? ¿Algo por lo que dar una excusa convincente, para acabar con todo esto? No. Nada. 

Miserable y pobre ser tirado allí, en la cama ya desordenada y algo mojada por lágrimas. ¿Qué sería si todo lo que encontrabas ya cierto en tu vida, se desmoronara de un segundo a otro?

Unas palabras valen más 
que todos los argumentos consistentes 
y fundamentados del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario