sábado, 26 de mayo de 2012

Caperucita Roja... Algo alterada.

Pero, ¡Oh Dios mío! ¡Caperucita se comió a la abuela!

Pues claro, ella fue enviada por su madre, tomando el camino que ésta la indicó. Se fue por el camino corto a la casa de su abuela, mientras que el lobo se fue por el largo, sin otra opción.
Caperucita se adelantó, llegó a la casa de su abuela, esperando que el lobo llegara para seguir con el cuento.


Pero como tanto se demoró, no tuvo opción, y a su abuelita devoró.
¿No dije que Caperucita se adelantó?

Tormenta.

Pequeños ojos se reflejan en el vidrio de la micro. Miran hacia todos lados, ninguno con un punto fijo. Caen por todos lados, pequeñas gotas que cubren toda la ventana que nos hace saber que aún estamos en el mismo mundo.

Algunas mueren instantáneamente. Otras, desesperadas, recurren al suicido Y otras, a contemplar el espacio en donde su pequeño ser se dignó a caer. Son pequeñas. Son muchas.

Una gota es indefensa. 
Muchas son una fuerza desesperadamente húmeda y fría. 
Quizá por ello la mala reputación de las tormentas.

domingo, 13 de mayo de 2012

Hasta ahora.

Salió del baño con algo de prisa. Se puso el pijama de otoño, y se dispuso a estudiar lo que le correspondía. Habían tantas cosas en su cabeza, y la música que tenía de fondo no le ayudaba. Detuvo todo y puso sus codos sobre el libro que leía. Se sonrojó. Miró hacia el lado y encontró una foto enmarcada sobre su biblioteca, al lado de aquellos libros que tanto amaba. Estaba junto a su pareja. Le extrañaba tanto, demasiado y le dolía. Pero aquellos días juntos en el campo de su país fueron hermosos. Suspiró, con una suave sonrisa, y siguió estudiando, con un dulce recuerdo en su mente, y un cálido susurro en el corazón.

Mañana era 27, mañana hacía cuatro meses que dijo sí y dieron un paso juntos, con helado de Frambuesa y Vainilla, con nerviosismo y vergüenza. 
Pero lo dieron juntos. Y siguen así hasta ahora.

jueves, 10 de mayo de 2012

Maníasmaniáticas.


  • Tengo la manía de mirar los ojos de las personas al hablarles, como también sus facciones, gestos; no por ser interesada en lo físico, pero esto da paso a una verdad absoluta sobre quien habla contigo.
  • Tengo la manía de fruncir el ceño al leer; no por enojo, si no por la vaga ilusión de transportarme a ese mundo en mi mente.
  • Tengo la manía de sentarme en la ventana derecha de todo transporte; me tranquiliza sin razón alguna.
  • Tengo la manía de mirar fijamente; la luna, las hojas en el suelo, las nubes pasa sobre mi, la luz del sol a través de todo.
  • Tengo la manía de amarteterca, sincera, directa, seductora, maniática, posesiva.
  • Tengo la manía de amar más tus defectos, que tus virtudes.
  • Tengo la manía de amarte a tí, y a nadie más.